SIN MI

Elías Jaua Milano

Es con pueblo, con Patria, con República, con democracia que conseguiremos despejar el
horizonte de este siglo XXI

Fue Manuel Vicente Romero García, autor de la clásica novela Peonia (1890) y jefe del Estado Mayor del General Cipriano Castro durante la revolución Liberal Restauradora de 1899,   quien acuñó la frase “Venezuela es el país de las nulidades engreídas y de las reputaciones consagradas” en un articulo publicado en la revista El Cojo Ilustrado en 1896.

Traigo a colación la frase de Romero García, a propósito de la afirmación hecha por la señora Machado en días pasados: “No pueden hacer elecciones sin mi”. Expresión, sin duda, de superioridad y totalitarismo, especialmente dirigida contra el resto de los actores de la oposición política en Venezuela.

Esta plantada, nos hace recordar a aquellos niños que son dueños del bate y la pelota, pero no por esto buenos jugadores, que si no los incorporan a jugar dicen: “sin mi no hay juego”.  A Dios gracias y por derecho conquistado, el pueblo venezolano es dueño de su propio destino y al final siempre tendrá la palabra y la acción decisiva y definitiva en los escenarios políticos que se presenten.

Este tipo de perfiles egocéntricos, al cual nos estamos refiriendo,  han estado presentes en toda nuestra historia política, bien sea en forma de las referidas nulidades engreídas, personajes con escasas o ningunas capacidades pero que al igual que el Pavo Real expanden su vistoso plumaje para verse más grandes, con más poder y más llamativos de lo que en realidad son;   o bien en la figura de las reputaciones consagradas, que son aquellas que por haber realizado un algo meritorio pretenden tener inmunidad perpetua por los “servicios y sacrificios por la Patria” y permanecer en la escena publica más allá de que ya no tengan nada que aportar en las grandes resoluciones . “Vivir de las glorias pasadas”, dice la sabiduría popular.

Nadie en Venezuela, ni  en el mundo, es imprescindible políticamente.  Venezuela ha sido dirigida por virtuosos y mediocres, por patriotas y por traidores; y tras su salida de la escena nuestra Nación ha seguido su camino, a ratos luminosos, a ratos oscuros, pero nunca ha fenecido. En todos estos momentos, el pueblo venezolano ha sabido mantener de generación en generación la vida de la Patria, que es decir su propia vida, más allá  de los dirigentes y de los modelos políticos.

Toda dirigencia política debe entender que todos somos una circunstancia, que el pueblo es lo perenne, que sin pueblo no hay elecciones populares,  que  sin pueblo no habrá democracia, que sin pueblo no habrá República.

Desde la izquierda seguiremos defendiendo nuestra tesis histórica, sintetizada en el concepto de la democracia participativa y protagónica, donde el centro de la política no solo sea el mandatario sino fundamentalmente los mandantes y su derecho a vivir bien, a través de los instrumentos de participación y cogobierno protagónico, y de los derechos y garantías de los cuales está dotada la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela.

Estamos en el siglo XXI, en la cúspide  de un forzoso y conflictivo proceso de globalización,  Venezuela no necesita de nulidades, ni de reputaciones chantajistas, por contrario hoy más que nunca requerimos movimientos doctrinarios y sobre todo programáticos que apunten a dar respuesta a las demandas más urgentes de la vida cotidiana de la mayoría de la población, en el ahora, y que permitan que la juventud construya un camino hacia el porvenir, aquí, en su propia Patria.

Es con pueblo, con Patria, con República, con democracia que conseguiremos despejar el horizonte de este siglo XXI, toda individualidad es prescindible,  se requiere es la voluntad general de la Nación, para construir una sociedad donde podamos vivir todos y todas con igualdad, justicia y dignidad.        

Elías Jaua Milano.

VOY A VOTAR EN DEFENSA DEL ESEQUIBO

Elías Jaua Milano

El territorio Esequibo es parte de la entidad venezolana, instituida como Capitanía General en 1777 por parte del reino ocupante de España; y que de igual manera este territorio ha sido ratificado como parte de Venezuela en todas las constituciones republicanas.

El Reino de Inglaterra, desde 1840 comenzó a publicar sucesivos mapas cartográficos donde se anexaba una inmensa porción del territorio venezolano, llegando su máxima atrevimiento a delimitar cartográficamente el espacio comprendido desde el Río Esequibo hasta las desembocaduras del Río Orinoco. Se intentaba legitimar así las incursiones filibusteras de sus colonos, en tierras y aguas históricamente venezolanas, desde el territorio que ellos habían adquirido a los neerlandeses en 1814, al este del Rio Esequibo y que llamaron Guyana Inglesa.

La protesta del gobierno de Venezuela de entonces ocurrió  de inmediato y continuó durante las siguientes décadas y gobiernos del siglo XIX. Sin embargo, nuestro reclamo fue asumido por el gobierno de Estados Unidos, llevándonos a la firma del llamado Tratado de Washington de 1897, que conllevó a su vez en 1899 al irrito laudo arbitral de Paris, en el cual a Venezuela no se le permitió tener representación propia, además de desecharse los solidos argumentos legales e históricos que nos asistían y asisten, consumándose así el despojo de 159.542 kms. cuadrados del territorio venezolano a favor de Inglaterra.

En 1949 se haría público, postmorten, un memorándum de Severo Mallet Prevost, uno de los abogados norteamericanos designados por el gobierno de los Estados Unidos de América para representar a Venezuela en el referido Laudo. En ese documento, él revela toda la componenda que llevo al despojo de nuestro territorio, dejando testimonio que no se tomaron en cuenta los argumentos legales, sino que privaron los intereses geopolíticos de las potencias involucradas, a pesar que Inglaterra no pudo mostrar nada que le acreditara soberanía sobre ese extenso territorio. En palabras de Mallet Prevost:

“…fue injusta para Venezuela y la privo de un territorio muy extenso e importante al que, en mi opinión, Gran Bretaña no tenía la sombra de un derecho”

A lo largo de mi vida he defendido como ciudadano y patriota venezolano; como militante del pensamiento de izquierda, democrático y popular en Venezuela; como Constituyente de 1999; como Vicepresidente y como Canciller de la República Bolivariana de Venezuela, la posición histórica de Venezuela como Nación: El territorio Esequibo es parte de la entidad venezolana, instituida como Capitanía General en 1777 por parte del reino ocupante de España; y que de igual manera este territorio ha sido ratificado como parte de Venezuela en todas las constituciones republicanas, desde la Constitución de 1811 donde se constituyó la República,  hasta la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, aprobada esta última por el pueblo en referéndum.

Igualmente, como bolivariano reivindico la liberación por parte del Ejercito patriota de todo el territorio de la Guayana en 1817, en la batalla de San Félix comandada por el General Manuel Piar. El territorio Esequibo, como parte de la Guayana, fue liberado a favor de la República venezolana en los campos de batalla al sur del Orinoco.  Esa tierra no nos la regaló nadie, no se la compramos a nadie, no se la robamos a nadie, no nos la cedió nadie, la liberamos de España, en justicia, luchando por nuestra Independencia.  

Tras el despojo ocurrido en 1899, todas las generaciones de venezolanos y venezolanas hemos reclamado los que nos pertenece. En 1966 se produce un hito importante en nuestra demanda como Nación. Inglaterra y las Naciones Unidas se ven forzadas a reconocer la legitima reclamación venezolana, poco antes  de que  le concedería la independencia política a Guyana, mediante la firma del Acuerdo de Ginebra, único documento que reconocemos como válido para lograr una solución pacífica a la controversia.

Por toda esa historia estoy motivado a participar en la consulta convocada, pero de manera especial con mi voto, sumado al de millones de compatriotas, aspiro dar una respuesta política a la insolente escalada de agresión que han desarrollado los últimos dos gobiernos de Guyana, a saber:  

1. Acudir de manera unilateral a la Corte Internacional de Justicia, violando el acuerdo de Ginebra que establece que cualquier mecanismo de resolución debe ser adoptado de común acuerdo.

2.  Asignación de bloques de exploración y explotación de hidrocarburos a empresas trasnacionales en aguas marítimas pendientes de delimitar, pero que comprenden la fachada atlántica de Venezuela y nuestras fronteras legalmente delimitadas con Trinidad y Tobago y con Surinam.

3. El incremento de reuniones y encuentros de representantes del Comando Sur de los Estados Unidos con el gobierno de Guyana.

De manera especial, debe causar alarma nacional la declaración del 23 de septiembre de este año 2023 por parte de Brian A. Nichols, vocero del Departamento de Estado norteamericano, quien toma como valido el Laudo Arbitral  de Paris, desconociendo de esa manera el  Acuerdo de Ginebra, único documento de derecho internacional vigente sobre el tema y que constituye la base legal de nuestra reclamación.

Desde la izquierda venezolana siempre hemos defendido la soberanía integral de Venezuela, es por es ello que en las actuales circunstancias de una escalada internacional que tiene por objeto desconocer nuestro legitimo reclamo sobre el territorio Esequibo y asumir de facto su explotación, aprovechando las actuales condiciones políticas, económicas y sociales por las que atraviesa nuestro país,  creo nuestro deber histórico participar en el referéndum consultivo sobre los mecanismo de defensa legal del Esequibo, convocado para el 3 de diciembre de este año 2023  e invitar a toda la nación venezolana a participar afirmativamente en esta jornada, donde estamos obligados como Nación a dar una contundente muestra de unidad frente a las pretensiones de consumar de manera forzosa este despojo.

Soy consciente de que hay otras situaciones que preocupan y afectan a la sociedad venezolana, sin embargo esta agresión territorial sobrevenida por parte de las trasnacionales petroleras, usando como fachada al Gobierno de Guyana, ameritan de todas las acciones legales y políticas necesarias para hacer valer nuestra soberanía en este momento.

Consultar al pueblo para fortalecer la posición de Estado venezolano frente a esta vil afrenta es una buena iniciativa. Que seamos consultados sobre los asuntos de interés nacional, como lo establece la Constitución de 1999, siempre será positivo y debería convertirse en practica habitual. Es justo y necesario.

No es tiempo de señalar errores, considero que todos los gobiernos han hecho su mejor esfuerzo por recuperar lo nuestro; tampoco de asumir la defensa a ultranza de posiciones sobre la manera de cómo abordar el tema Esequibo que a veces solo terminan dando argumentos al gobierno de Guyana. Es tiempo de expresar a una sola voz que el Esequibo es nuestro y que para nosotros y nosotras la Patria está primero, Venezuela está primero.    

                                                                                  Elías Jaua Milano.

Ex vicepresidente y Ex Canciller de la República.

                                              

CON CHÁVEZ HASTA SIEMPRE

Elías Jaua Milano

Gracias a la vida que me dio el privilegio de caminar al lado de un gigante de la historia, de un ser humano sin igual, Hugo Chávez, lo cual me compromete a seguir andando el camino que él nos señaló.

Hace 10 años Nicolás, Cilia y yo nos encontrábamos reunidos en un salón contiguo a la habitación donde convalecía el Comandante Hugo Chávez Frías, en el Hospital Militar de Caracas, aquella tarde del martes 5 de marzo de 2013, el día en que en mala hora falleció.

Cerca de las 4 de la tarde, el médico tratante entra al salón y nos dice que estaban enfrentando una crisis en los signos vitales del Presidente y que lo más probable es que no sobreviviera a la misma.

Minutos más tardes, vuelve el médico y nos dice de manera pausada: “el Comandante acaba de fallecer, a las 4 y 25 de la tarde”.

Yo lance un grito: ¡CDM!. Nos abrazamos con el médico y luego con los familiares cercanos que se encontraban dentro la habitación acompañando al Comandante en sus últimos minutos de vida.

Lo demás es historia conocida. Esa es la verdad de aquel triste día. El 5 de marzo de 2013, lamentablemente falleció el redentor de los pobres de esta tierra.

Más allá de esos dolorosos recuerdos, vivo y lucho inspirado en las profundas transformaciones y en los extraordinarios logros a favor de los humildes que Hugo Chávez  impulsó, en la primera década del Siglo XXI.

Chávez es una Escuela política, por la manera como logró conformar a lo largo de la década de los 90 del siglo XX un gran frente que aglutinó a diversas corrientes del pensamiento político venezolano: nacionalistas, socialistas, comunistas, socialdemócratas, socialcristianos,  civiles y militares, patriotas todos y todas;  pero sobre todo por la forma como consiguió convencer, unir y movilizar a la mayoría del pueblo en torno a un programa mínimo: Independencia y soberanía económica; Democracia Participativa y Protagónica; Igualdad Social; reivindicación del papel regulador del Estado en la economía como garantía de la equidad social,  y honestidad  política.

Con ese programa y esa acumulación de fuerzas abrió las puertas del siglo XXI en Venezuela, al conducirnos a nuestra primera victoria aquel 6 de diciembre de 1998, e  impulsar en 1999 un proceso popular constituyente que dio nacimiento a la innovadora Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Chávez es un testimonio de cristianismo autentico por su decidida opción por lo pobres y su exitoso empeño por garantizar el mayor número de derechos sociales, especialmente la alimentación, la educación y la salud para los excluidos y excluidas de todos los tiempos.

Chávez nos compromete por su coraje y valentía, nunca se dejó seducir ni chantajear por los poderes facticos nacionales e internacionales, por el contario los enfrentó para logar la democratización de los ingresos nacionales a favor de las mayorías. Levanto con valentía intelectual y política las banderas del Socialismo.

Chávez es digno de admirar por su inmensa capacidad de amar a un pueblo, a una Patria, a la humanidad.

Chávez siempre abrió caminos de victoria para el pueblo humilde, convidándolo a buscar lo imposible y  logrando hacer lo que siempre nos dijeron que no se podía hacer.

Confieso que lo extraño mucho, no solo como líder, sino fundamentalmente como el ser humano de los pequeños detalles, del sincero cariño, del reclamo fuerte pero con pedagogía, de la orientación oportuna, del compartir solidario de sus métodos de aprender y enseñar, del consejo personal necesario, del chiste a flor de piel, de las reflexiones profundas sobre la historia y el devenir humano. ¡Ah tiempo!    

Perdonen estas líneas sueltas, solo quería compartir con Uds., que son millones con el mismo sentimiento, la profunda nostalgia por un gran ser humano: Hugo Chávez Frías.

“Que mi esfuerzo no se pierda Elías”, me dijo un día mirándome fijo a los ojos. Ese recuerdo me compromete, me alienta a seguir luchando junto al pueblo  que lo inspiró, por el cual luchó e hizo todos los sacrificios, el pueblo que él encarnó.

En este día quiero reconocer nuevamente a los millones de mujeres y hombres que desde al año 1992  colocaron su granito de arena para que Chávez tuviera siempre la fuerza creadora y transformadora de un pueblo. Como él lo dijo “Chávez es un pueblo”.

También quiero recordar hoy con afecto a todos los y las compatriotas que luchamos, trabajamos y construimos desde altas responsabilidades de gobierno y de partido, asignadas por Chávez, muchas cosas buenas para nuestro pueblo y para nuestra Patria; juntos y juntas enfrentamos la agresión de las elites nacionales y del mundo que se lanzaron una y otra vez contra Chávez, contra nuestro pueblo.

Camaradas, estamos obligados y obligadas a honrar ese tiempo histórico y a proyectarlo hacia un buen porvenir para Venezuela, más allá de las dificultades y los distanciamientos actuales.

Chavistas que me leen, no perdamos el apetito por lo imposible, al que nos motivó Hugo Chávez, para poder  lograr una Venezuela grande, prospera donde todo el pueblo pueda vivir con igualdad, bienestar, justicia, tranqulidad y dignidad.

Gracias a la vida que me dio el privilegio de caminar al lado de un gigante de la historia, de un ser humano sin igual. Seguiré andando el camino que él nos señaló.

¡Hasta la victoria siempre, Comandante Chávez!

¡La lucha sigue y sigue!

EL PLAN DE LA PATRIA DE CHÁVEZ

Elías Jaua Milano

El 28 de julio de 2012, el Comandante Chávez  celebró sus 58 años de vida con el pueblo de Petare. 

En ocasión de este nuevo aniversario del nacimiento de nuestro Comandante Chávez y de haberse cumplido, el pasado día 11 del mes de junio de este año 2022, los diez años de la presentación del Plan de la Patria, quiero compartir con Uds. la transcripción de la conferencia que dicté en el Ciclo de Conferencias: “CHAVEZ 15 TEMAS Y MAS”, convocado por nuestra querida Camarada María León, en el mes de noviembre del 2020, el año más duro de la pandemia de COVID 19.

En esa conferencia expuse los elementos que considero fundamentales para comprender el Plan de la Patria presentado por el Comandante Hugo Chávez, el 11 de junio del año 2012, cuando inscribió su candidatura para las elecciones del 7 de octubre de aquel año.

Comparto con ustedes mi reflexiones. Dar clic aquí

¡Chavista Siempre!

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UNA AGENDA SOBERANA, DEMOCRÁTICA POPULAR PARA EL PORVENIR.

Elías Jaua Milano

Despejar la vía venezolana a la democracia socialista, pasa por restituir la tranquilidad en la vida cotidiana de la familia venezolana y poder convocar la voluntad de las mayorías diversas para construir una sociedad donde todos y todas seamos cobijado por nuestra bandera tricolor, que nadie sea ni se sienta excluido del inmenso reto que tenemos como Nación

En el ensayo Venezuela Siglo XXI, transformación, conflicto y agenda para el porvenir”, el cual está disponible en el siguiente link https://bit.ly/3NnXJLW, expongo que la sociedad venezolana en su conjunto requiere construir una agenda política y de gestión pública que le permita recomponer la estabilidad política, institucional, económica y social que ha sido alterada en estos últimos años de conflicto interno y de agresión extranjera contra Venezuela.

Ese esfuerzo en pro de la normalización de la vida social, significa para las corrientes de izquierda y democráticas populares, dentro y más allá del chavismo, un desafío de profundas proporciones ya que las actuales circunstancias nos obligan a resignificar la propuesta de la revolución socialista. Consideramos que esto debe hacerse a partir de la apertura de un debate amplio, profundo y plural bajo la premisa: “Democratizar la revolución es revolucionar la democracia”, frase que tomo del académico Boaventura de Sousa Santos (2019).

Sin duda alguna que la primera gran tarea de la izquierda venezolana, pero que la trasciende, es contribuir a una regularización soberana y democrática del conflicto para poder avanzar en la recuperación de las condiciones materiales de existencia de las mayorías, que levante nuevamente el entusiasmo de estas por la construcción de un modelo alternativo al modelo neoliberal; modelo que hoy en medio del caos económico ocasionado por el conflicto y la agresión, las élites económicas pretenden presentar como inevitable.

A partir de esa realidad, es necesario avanzar en un gran acuerdo nacional que persiga tres grandes objetivos, correspondientes con las necesidades más urgentes del momento:

•	Seguir garantizando la Independencia y la paz de la República.

•	Recuperar la normalidad en la vida política, económica, social y cultural del pueblo venezolano. 

•	Reinstitucionalizar constitucionalmente a lo interno, y recuperar el pleno reconocimiento internacional de la unidad y centralidad del Estado Venezolano.

Estos grandes objetivos considero se pueden desarrollar específicamente desde los siguientes puntos de agenda, los cuales dejamos abiertos para el debate: 

  1. Garantizar el acceso a los alimentos y medicamentos necesarios para la vida de la familia venezolana, mediante una política de emergencia de producción y de distribución universal  y de acceso abierto.
  2. Política sostenida de recuperación de la moneda nacional y del salario para retomar el camino de la superación de la pobreza y dinamizar la economía, a partir del consumo necesario.
  3. Políticas especiales para la recomposición de los sectores de la educación, la ciencia, tecnología y la salud pública a partir de recuperar las condiciones laborales que permitan a las y los profesionales de estos sectores una vida digna.
  4. Políticas para la convivencia familiar, comunal, cultural, de género y de seguridad ciudadana que devuelvan, sobre todo a la juventud, la confianza de poder vivir en una sociedad a la altura de sus anhelos y de sus sueños.
  5. Plena recomposición del escenario democrático, mediante plenas garantías y condiciones, sin injerencia extranjera, para la participación de todos los sectores políticos y sociales existentes y emergentes, en los procesos políticos y en los electorales pautados constitucionalmente.
  6. Acuerdo nacional para abordar el tema de la deuda externa, de la inversión y el financiamiento internacional, que apuntalen la recuperación de la industria petrolera y otras de bienes y servicios esenciales en el país, públicas, privadas y comunales; así como de la infraestructura de comunicación y servicios, en el marco de lo previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
  7. Políticas para el impulso y expansión de las experiencias de democracia protagónica en lo económico, político y social que impidan que se pierda el inmenso acumulado de experiencias de ejercicio del poder popular y de gobierno comunal, desarrollado a lo largo de las últimas dos décadas, como expresión de la construcción de un modelo alternativo posible y necesario.
  8. Acuerdo nacional para la transformación radical del Sistema de Justicia y su reconstitución a partir de los parámetros establecidos en la Constitución.
  9. Políticas de preservación del ambiente y uso de los recursos naturales para la vida. Venezuela precisa de un acuerdo nacional para el uso racional de sus inmensos recursos de hidrocarburos, mineros en general y de biodiversidad que le permita garantizar una vida digna para su población, sin caer en el extractivismo sin límite, que comprometa la existencia de esa vida.
  10. Un acuerdo de justicia, reparación y compromiso de no repetición de los procesos de violencia política, que sea la garantía hacia el porvenir de una sociedad donde podamos vivir todos y todas con igualdad, justicia y dignidad.

Esta agenda, apenas enunciada, es la síntesis de un sin fin de conversaciones políticas y cotidianas. Son muchos más los temas recogidos, en el área laboral; sobre la emigración, la ética política y administrativa, el funcionamiento de los cuerpos de seguridad, entre muchos más.  

En fin, esta agenda es apenas una invitación para debatir sobre la sociedad que deberíamos procurar construir en esta tercera década del Siglo XXI, que avanza aceleradamente en medio de una pandemia y de amenazas de una guerra mundial, desde la conciencia de que para preservar el proceso de transformación democrático popular iniciado a finales del Siglo XX en Venezuela, necesario es comprender que el poder es el medio para transformar y no un fin en sí mismo.  La burocratización de los procesos revolucionarios le pone límite a su pertinencia. “No hay revolución sin pasión, sin amor por la vida, por las personas” (Yayo Herrero, 2020).  

Despejar la vía venezolana a la democracia socialista, pasa por restituir la tranquilidad en la vida cotidiana de la familia venezolana y poder convocar la voluntad de las mayorías diversas para construir una sociedad donde todos y todas seamos cobijado por nuestra bandera tricolor, que nadie sea ni se sienta excluido del inmenso reto que tenemos como Nación.  

Despejar el horizonte hacia un buen porvenir para Venezuela, parafraseando al fallecido ideólogo y dirigente revolucionario venezolano Alfredo Maneiro, pasa por la Izquierda, pero va más allá de ésta. Se requiere de un punto de encuentro con todas y todos los actores que apuestan por la Independencia, la paz y la democracia y por el derecho a vivir bien y con tranquilidad que tiene la familia venezolana. ¡El debate está abierto!

Referencias: 

1.	De Sousa Santos, Boaventura (2019): Exposición sobre el vaciamiento de la democracia, en el Curso Internacional La Calidad Democrática en la Era de la Globalización. Recuperado de CLACSO Tv en Youtube.  


2.	Herrero, Yayo (2020): El antropoceno contra la democracia. exposición en el Curso Internacional La Calidad Democrática en la Era de la Globalización. Recuperado de CLACSO Tv en Youtube. 

ESTA VA POR CHÁVEZ (II)

Elías Jaua Milano

Chávez sembró varias semillas, la cultura de la inclusión, de la igualdad social, de la participación protagónica, de la interpelación al poder, del derecho a vivir bien. Esas semillas siguen abriéndose paso dentro del lodazal, buscando el horizonte luminoso donde de nuevo florecerá.

Hace pocos años atrás escuché exclamar a mi apreciada vieja Beatriz, una histórica luchadora de las barriadas de Guarenas: “La única vez en mis 80 años de vida que no vi gente pasando hambre en mi barrio fue en tiempos de mi Comandante Chávez”.

 Y no se equivoca la camarada Beatriz, Dios le siga dando vida y salud, al hacer esa afirmación ya que no tengo dudas en validar que la mayor preocupación, el más grande esfuerzo y el mayor logro del Presidente Hugo Chávez Frías, fue la lucha contra el histórico flagelo del hambre en nuestro país, logrando erradicarla casi totalmente para el año 2012. Veamos estos datos del ensayo “Venezuela, Siglo XXI. Transformación, conflicto y una agenda para el porvenir”, al cual ya hice referencia en el artículo “Esta va por Chávez” del pasado 3 de abril de 2022:  

Entre 1980 y 1998, antes de la llegada de Chávez al Gobierno, la disponibilidad de alimentos para la población había disminuido en 12%, llegando a ser de 2 mil 300 calorías diarias por persona; por debajo de lo recomendado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuyo parámetro apunta hacia 2 mil 800 calorías diarias por persona. 
En la primera década de este Siglo XXI, Hugo Chávez logró incrementar en 50% la disponibilidad de alimentos, con un 70% de producción nacional agroalimentaria; logrando alcanzar una disponibilidad de 3 mil 200 calorías diarias por persona día, muy por encima de lo recomendado por FAO. Hugo Chávez Frías encontró una situación de seguridad alimentaria crítica, y logró en una década garantizar la suficiencia alimentaria plena y con ellos los niveles de nutrición en Venezuela, convirtiéndonos en uno de los 10 países que logró importantes victorias en la lucha contra el hambre, en la primera década del Siglo XXI (FAO, 2013). Ese es uno de los logros más humanos, más cristianos, más socialistas del Comandante Chávez.

Otro logro de amor por la humanidad de Chávez fueron las políticas hacia los adultos mayores, en especial el establecimiento de la pensión universal para los hombres mayores de 60 años y las mujeres mayores de 55, reconociendo así el trabajo del cuido realizado por las mujeres y, en general, el trabajo de los cuenta propia; con lo que se logró incrementar el porcentaje de personas en edad de ser pensionadas, sin importar cotizaciones; pasando de 19.6% a 93.1%  de adultas y adultos mayores con una pensión equivalente al salario mínimo, de acuerdo a los registros del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (2012).

Por si solos, estos dos logros son suficiente para justificar ante la historia la etapa de la Revolución Bolivariana que lideró Chávez. Pero la cosa no quedo ahí, las cifras de inserción en el sistema educativo, la cobertura universal de servicios de atención médica y acceso gratuito a medicamentos, las más grande política de construcción y asignación de viviendas de la historia nacional, la ampliación en el acceso a las tecnologías de comunicación e información, al agua potable, a la recreación, las masivas políticas de capacitación productiva y la trasferencia de factores y medios de producción al pueblo organizado, así como tantas otras políticas implementadas demuestran el inmenso esfuerzo humano, técnico, financiero realizado por la Revolución Bolivariana en la primera década de este siglo XXI.

Igualmente, a lo largo de una década se innovaron y ampliaron los derechos laborales, especialmente para las mujeres y los jóvenes, que luego fueron plasmados en la avanzada Ley Orgánica de las Trabajadoras, Trabajadores y del Proceso Social del Trabajo próxima a cumplir, este 30 de abril de 2022, diez años de haber sido promulgada por el Comandante Hugo Chávez. Esta revolucionaria ley está en la mira de las altas cúpulas empresariales, en el marco de su ofensiva restauradora. Vienen por ésta.

Este inmenso esfuerzo de inversión, con un precio promedio de 55 $ por barril petrolero durante todo el periodo como siempre es necesario recalcar, en el desarrollo humano permitió la reducción de la pobreza medida por necesidades básicas insatisfechas, del 28.9%, encontrada en 1998; a 19,7%, para 2013. De igual manera, la pobreza extrema se redujo de 10,8 %, en 1998; a 4.4%, en 2013; de acuerdo a los registros del INE (2013).

Son estos apenas algunos indicadores del porque Hugo Chávez se quedó sembrado para siempre en el corazón, en el alma y en la conciencia de los humildes de nuestra Patria, para los cuales, más que cifras Chávez es sinónimo de una etapa de nuestra historia donde se demostró que si se puede lograr una sociedad donde la inmensa mayoría se alimente bien, tenga acceso a la educación, a la salud, a los bienes esenciales y a la participación política, social y cultural plural y protagónica.

Hugo Chávez cumplió así con la estrategia plasmada en la Agenda Alternativa Bolivariana de 1996, para desmontar el modelo neoliberal:

La Agenda Alternativa Bolivariana (AAB) coloca los desequilibrios macro sociales en el primer rango de importancia y prioridad, para dejar en segundo plano a los desequilibrios macroeconómicos. ¿Cómo puede pensarse, por ejemplo, que solucionar el déficit fiscal pueda ser más urgente e importante que acabar con el hambre de millones de seres humanos?
Se trata de esconder la realidad, elaborando y presentando planes o proyectos de “estabilización” y de “ajustes”, según los cuales bastarían unas cuantas medidas monetaristas y fiscalistas, además de las “incómodas pero necesarias políticas sociales”, para “superar” la crisis.
La AAB, Agenda Alternativa Bolivariana, rompe con el fundamento neoliberal, se rebela contra él; derriba los estrechos y negros muros de la visión unilateral, fragmentaria y reduccionista, para mirar en derredor y percibir la realidad en toda su magnitud, a través de un enfoque humanístico, integral, holístico y ecológico. 

Chávez no hubiese podido responder a esa visión anti neoliberal de la AAB que priorizaba al ser humano, sino desarrollaba una revolución que desmontara las estructuras y los mecanismos mediante el cual las élites económicas y las trasnacionales en Venezuela se apropian de la casi totalidad de la renta petrolera.  

Chávez tenia plena conciencia de eso y por eso libró mil batallas para lograr que la mayor parte de la riqueza del país fuera direccionada a la superación integral de la pobreza mediante la satisfacción de las necesidades humanas de la población.

Ese empeño de Chávez desencadenó una virulenta respuesta de las clases dominantes tradicionales, la cuales mantuvieron un ataque economico, político, mediático y de violencia armada durante todo su gobierno. Son esas elites las que hoy celebran a viva voz cada derrota que le propinan a los fundamentos del modelo económico construido laboriosamente en la primera década de este siglo, para revertir las bases estructurales del flagelo de la pobreza en Venezuela.                    

En ese contexto de confrontación que, con altos y bajos, marcó los tres periodos presidenciales de Hugo Chávez  Frías, entre 1999-2013;  se mantuvo la viabilidad de las transformaciones estructurales a favor del pueblo,  con la movilización popular permanente, respetando el pluralismo en las bases de apoyo a la revolución,  estimulando el ejercicio democrático participativo y la recuperación del vigor de la democracia electoral; elevando, en este caso, los niveles de participación en más del 80%, y  ganando las cuatro elecciones presidenciales, con más del 55% de los votos, según informes de resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE, 1998, 2000, 2006, 2012). 

Además, reconociendo el poder protagónico del pueblo en sus territorios y sectores, a través de más de 50 mil consejos comunales, 2 mil comunas, mesas de agua, consejos de campesinas y campesinos, de indígenas, de trabajadoras y trabajadores, etc. (Registro de la Fundación para el Desarrollo Comunal, 2014), con respeto a la pluralidad de los movimientos y organizaciones sociales y a su libre accionar, bajo la consigna de que solo dándole poder a los pobres se puede superar la pobreza. 

Chávez sembró varias semillas, la cultura de la inclusión, de la igualdad social, de la participación protagónica, de la interpelación al poder, del derecho a vivir bien. Esas semillas siguen abriéndose paso dentro del lodazal, buscando el horizonte luminoso donde de nuevo florecerá. La agenda está en la calle. Además de la rodilla, hoy sobre todo hay que poner el oído en tierra para poder escuchar el porvenir.

VENEZUELA SIGLO XXI: TRANSFORMACIÓN, CONFLICTO Y AGENDA PARA EL PORVENIR

Elías Jaua Milano.

Venezuela Siglo XXI, prefigura una agenda soberana y democrática con apego a la línea de análisis y construcción, impulsada por Hugo Chávez Frías.

Venezuela Siglo XXI: Transformación, conflicto y agenda para el porvenir, es un ensayo que culminé a principios del año 2021 pero que tiene plena vigencia en tanto que no es un escrito de coyuntura, sino un resumido análisis estructural del proceso político, económico y social ocurrido en las dos primeras décadas del presente siglo y una propuesta de agenda democrática popular proyectada al 2030. Lo comparto con Uds. Para el debate y el accionar político.

ESTA VA POR CHÁVEZ

Elías Jaua Milano

Estas líneas son una defensa honesta del empeño de Hugo Chávez por transformar a Venezuela y darle al pueblo la mayor suma de felicidad posible. No busco polemizar con nadie. Las escribo como un deber con el amigo, el camarada, el padre, el líder que es Hugo Chávez para mí.
 

Hay algarabía en las elites empresariales y financieras, “estamos saliendo del fracasado modelo colectivista de Hugo Chávez” decretan en todos sus medios y en conferencias nacionales e internacionales; se están “corrigiendo las loqueras de Chávez” escribe un incorregible palangrista.  “En el pasado se aplicaron subsidios exagerados, se cometieron errores, ahora hay que pagar” declara un novel diputado del PSUV, nuestro partido. Como él, algunos funcionarios han descubierto el discurso neoliberal de los años 90 del siglo pasado y lo repiten como que si la historia se hubiera congelado en los últimos 30 años; otro diputado de la oposición anda con una lista ofreciendo repartir bienes bajo la administración del Estado; unos alborozados locutores de radio en diciembre pasado narraban la movida en la urbanización Las Mercedes y decían  “esto parece el destape español, tras la caída de Franco” (la incultura es libre digo yo). Declaraciones como las anteriores inundan las redes, las radios y las televisoras celebrando la restauración de la dinámica capitalista desregularizada, mientras el pueblo se lamenta de su inevitable secuela, la desigualdad social.

 Ya está hecho, el modelo democrático popular construido en la primera década de este siglo XXI ha sido demolido por una estrategia externa e interna que a partir de 2013 hizo colapsar la economía venezolana. El Capital, por ahora, se anota una victoria. Así es la dialéctica de la historia. Nos tocara de nuevo comenzar a construir un modelo de inclusión política e igualdad social sustentado en una economía productiva como lo logramos en la primera década de este siglo XXI, como lo manda la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Por lo pronto, yo que siempre cumplo las lealtades juradas cuando son entre caballeros, le debía este articulo al Comandante Chávez, en defensa de su obra.  Con este fin, comparto extractos del ensayo que realice para un curso académico, titulado “Venezuela Siglo XXI. Transformación, conflicto y agenda para el porvenir” donde identifico los fundamentos y logros del modelo económico, político y social de Revolución Bolivariana de Hugo Chávez. En ese texto señalo datos como estos:

En los periodos presidenciales de Hugo Chávez Frías, en cumplimiento del mandato constitucional, se desarrollaron políticas que permitieron una sustantiva disminución de la histórica y profunda brecha de desigualdad en Venezuela, reduciendo esta, de acuerdo a los parámetros del Índice de Gini, de 0.49, en 1998; a 0.398 puntos, en 2013; según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2013). Logrando alcanzar el tope de los países de América Latina y el Caribe con mayor igualdad social.

Otro énfasis, durante el Gobierno del Comandante Hugo Chávez Frías, fue el sostenido fortalecimiento del poder adquisitivo de las familias, mediante un salario mínimo que llegó a alcanzar los 450 dólares mensuales, acompañado de una política integral de subsidios directos e indirectos a los bienes y servicio básicos; cuya consecuencia fue el incremento del Ingreso Per Cápita en un 25%, en el periodo comprendido entre 1999 y 2009. A la par, se libró una lucha por contener la inflación, flagelo que, en Venezuela, históricamente tiene principalmente un componente especulativo; logrando reducir la inflación en un promedio de 21.7%, frente al 45% del periodo 1989-1993; y al 59% del periodo 1994-1998, durante la década neoliberal. (INE, 2013).

Todos esos logros y muchos más, fueron posible gracias a un importante esfuerzo por superar el modelo capitalista neoliberal e impulsar una transformación de la cultura rentística hacia un modelo productivo de desarrollo endógeno. Resalto esto, porque existe una matriz de opinión, tanto en el ámbito político, como en el académico; en algunos casos por desconocimiento, en otros por interés político; según la cual, Hugo Chávez Frías fue exitoso en la distribución de la renta petrolera, pero no hizo esfuerzos para transformar el modelo económico. Sin embargo, los datos que se presentan, a continuación, desmontan esas opiniones.

El Producto Interno Bruto (PIB) en Venezuela, para 1998, era de 0,3; mientras que, para 2012, alcanzó el 5,6; logrando el valor histórico de 18% de crecimiento entre 2003 y 2004. El Ingreso Nacional No Petrolero pasó de 36.9%, en 1999; a 66%, en 2010; según informes del Banco Central de Venezuela (BCV, 2017).

Un ejemplo del crecimiento de sectores no petroleros, fue la agricultura, sector históricamente rezagado, tras la aparición de la explotación petrolera. En la década anterior (1988-1998) el PIB Agrícola se ubicó en 8,7%, mientras que en el periodo de Hugo Chávez Frías (1998-2010), el PIB Agrícola creció hasta 31,4%. (Procesamiento de datos, a partir de registros del BCV, del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura, 2013).

Venezuela, luego de la recuperación del control del ingreso nacional petrolero, tras la derrota del sabotaje económico y petrolero de finales de 2002; logró obtener, hasta 2012, ingresos cercanos a 500 mil millones de dólares, de los cuales 350 mil millones de dólares fueron destinados a la inversión social, y 150 mil millones a obras de infraestructura, servicios, construcción de industrias, desarrollo de la agricultura, innovación científica y la tecnológica (Discurso de Hugo Chávez Frías, 11 de junio de 2012. Presentación del Plan de la Patria).

Esta orientación de la inversión estatal, generó un gran dinamismo en la economía que permitió, entre otras cosas, reducir la tasa de desocupación de 10.6%, en 1999; a 5.6%, en 2013 (INE, 2013).  

Ese esfuerzo y esos avances, se lograron con un precio promedio del barril de petróleo a 55 dólares, durante todo su mandato, y no de 100 o más dólares, como mezquinamente se afirma para desmeritar el inmenso esfuerzo que lideró Hugo Chávez Frías para construir una economía sólida orientada a la satisfacción de las necesidades humanas.

El modelo edificado por Chávez le permitió al pueblo venezolano un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0.8884 (Documento de la Vicepresidencia de Gobierno para el Área Social, 2017), ubicando a Venezuela a nivel de los llamados países en desarrollo.

Lo anterior apenas son pinceladas de la exitosa gestión y obra de Hugo Chávez, evaluado como el mejor gobernante por más del 60% de los venezolanos y venezolanas, según reciente encuesta de una empresa de medición de opinión, históricamente opositora a su gobierno.

Estas líneas son una defensa honesta del empeño de Hugo Chávez por transformar a Venezuela y darle al pueblo la mayor suma de felicidad posible. No busco polemizar con nadie. Las escribo como un deber con el amigo, el camarada, el padre, el líder que es Hugo Chávez para mí, y que hoy su obra está sometido a una política de desprestigio, por la canalla que lo persiguió en vida y que hoy pretenden hacer un funeral de su proyecto. Se están equivocando de muerto.

Recuerdo aquí una frase de otro entrañable compañero, Willian Lara, que una vez dijo públicamente “Yo estoy con Chávez, hasta en sus errores”. Errores los hubo, pero no fue un error el plan estratégico de Chávez para comenzar a demostrar que era posible en esta tierra construir una sociedad donde podamos vivir todos y todas con libertad, igualdad, justicia y dignidad.

Hagan lo que hagan, digan lo que digan los y las propagandistas de la restauración, no nos harán sentir vergüenza por haber hecho una revolución, Nos sentimos profundamente orgullosos de haber protagonizado una revolución bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez, a favor de los pobres de esta tierra.

Como en abril de 2002, no nos hemos ido, siempre volveremos por todos los caminos. ¡Hasta la victoria siempre!

IGUALDAD SOCIAL

Elías Jaua Milano.

En esta época de restauración de la dinámica de acumulación de capital sin mayores regulaciones en nuestro país, es cuando más se requiere que el pueblo venezolano eleve su conciencia y defienda el valor de la igualdad social.

Fue la izquierda la primera corriente político ideológica que enarboló el principio de la igualdad social como base de la construcción de una sociedad auténticamente humana. Así ha sido registrado en la historia, al menos desde la revolución francesa hasta este tiempo. Tanta legitimidad adquirió este valor que, en el fragor del avance de las luchas revolucionarias del siglo XX, el sistema capitalista global tuvo que asumirlo, a despecho de los más rancio defensores de las sociedades clasistas y de castas y de los teóricos de la desigualdad como parte del orden natural.

En 1966, se aprueba el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en el cual la mayoría de los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas se comprometen  a crear condiciones que garanticen el goce y disfrute de todos los derechos humanos, al universo de sus poblaciones en función de lograr la superación paulatina de la pobreza mediante la justa distribución de los ingresos nacionales que permitieran el acceso universal a condiciones de trabajo de calidad y bien remunerado, a una alimentación saludable y al agua potable, a servicios de educación y salud pública, gratuitas y de calidad; así como la garantía de amplias libertades de asociación y participación política, igualdad en el acceso y tratamiento en los sistemas de justicia, sin ningún tipo de discriminación social, política, religiosa, étnica o de género; entre muchas otras políticas de inclusión.

La manera más precisa que el Sistema de Naciones Unidas tiene para medir los niveles de igualdad social, es el Índice de Gini, a través de la comparación entre los ingresos de los sectores de la población, siendo el salario uno de los indicadores determinantes en los niveles de igualdad o desigualdad en el ingreso entre los sectores más ricos y los más pobres de la sociedad.

La igualdad social no es una utopía, es un derecho humano aceptado por la mayoría de los Estados, y en consecuencia los gobiernos deben garantizarla y los pueblos tienen derecho a luchar por ésta, como condición para lograr sociedades democráticas y humanamente gratificantes. Mientras más igualdad social haya, más democrática será la sociedad y más altos serán los niveles de convivencia pacífica entre los distintos sectores de la población.

En esta época de restauración de la dinámica de acumulación de capital sin mayores regulaciones en nuestro país, es cuando más se requiere que el pueblo venezolano eleve su conciencia y defienda el valor de la igualdad social, bajo lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 3: “El Estado tiene como fines esenciales el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo… La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzarlos”.

Los seres humanos tenemos derecho a vivir bien y a luchar por la mejora continua de las condiciones materiales y culturales de existencia. Esa lucha ha sido la historia de la humanidad, esa es nuestra historia como pueblo.

El principio fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela”. Simón Bolívar. Discurso de Angostura, 15 de febrero de 1819.

EL CONFLICTO EN UCRANIA Y EL INTERÉS NACIONAL

Elías Jaua Milano

Las decisiones que ha tomado el Presidente Nicolás Maduro, responden al interés general de la Nación venezolana y cuentan con nuestro respaldo. El buen vivir de nuestro pueblo está primero.
¡La Patria está primero!

Otra guerra más en el mundo. No es la guerra en Ucrania lamentablemente el único conflicto armado internacional, solo que los otros son invisibles para los medios de occidente porque son sus gobiernos los que ocupan y bombardean.

El conflicto en Ucrania es el resultante de una década de agresión económica y de amenazas militares creciente de los Estados Unidos y de la Unión Europea contra Rusia, con el fin de evitar su fortalecimiento como Nación soberana con un desarrollo autónomo, tras recuperarse de la debacle de la Unión Soviética, proceso que puso en riesgo la existencia de Rusia como Estado Nación, específicamente durante el fallido gobierno de Boris Yeltsin. 

Frente a esta sistemática agresión de EE. UU y sus aliados, utilizando estos al gobierno ucraniano como ariete, desde Moscú se ha ordenado el despliegue de fuerzas militares en territorio de Ucrania, una República que al igual que el pueblo ruso, tiene derecho a la paz.

En ese contexto, el gobierno de Joe Biden ha incrementado la guerra económica contra la Federación de Rusia, suspendiendo la compra de petróleo y gas a este país, entre otras medidas draconianas que afectan principalmente al pueblo ruso.

Esta situación ha generado un giro inesperado en la política de la Casa Blanca hacia Venezuela. Una delegación de alto nivel del gobierno norteamericano ha visitado Caracas, el pasado 5 de marzo de este 2022, con el fin de abordar un conjunto de temas pendientes, producto de la confrontación desatada por los gobiernos estadounidenses contra nuestro país durante los últimos años, entre ellos el tema de la libre comercialización de nuestra producción petrolera. No es casual que esto se produzca previo a las medidas contra el petróleo ruso. A buen entendedor pocas palabras.

Este acercamiento repentino, debe ser valorado en su justa dimensión en función de nuestros intereses nacionales. En primer lugar, se ha producido de hecho el reconocimiento al gobierno constitucional del Presidente Nicolás Maduro, esto es un paso en la recuperación de la centralidad del Estado venezolano ante la comunidad internacional. En Venezuela hay un solo gobierno en ejercicio, el resultante de las elecciones de mayo de 2018.

En segundo lugar, la propuesta de permitir el libre comercio del crudo venezolano y el acceso a insumos y tecnologías para incrementar la producción de hidrocarburos,  puede suponer en el mediano plazo una recuperación de los ingresos nacionales y con ello de la capacidad de avanzar aceleradamente en la estabilidad económica que le devuelva a las familias venezolanas el poder adquisitivo para obtener los bienes y servicios esenciales para una vida digna; la garantía plena del disfrute de todos los derechos sociales y económicos, y de igual manera se pueda apalancar un proceso de relanzamiento de la producción nacional, en el marco de un modelo económico no neoliberal.  Se nos presenta una gran oportunidad de salir del laberinto de los últimos 7 años.

En tercer lugar, esta situación reafirma la importancia de ser un país petrolero, es hora de desechar los cantos de sirena sobre el fin de la era petrolera. El petróleo es y será la base de un desarrollo económico diversificado por mucho tiempo, es la garantía de nuestra estabilidad política y de incidir a favor de un mundo multipolar como condición de la paz en el planeta. No podemos renunciar al manejo soberano de nuestra principal fuente de ingreso.

Nuestro interés nacional, como lo expresa la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es que seamos un territorio de paz; que nuestro pueblo viva bien, con todo los derechos económicos, políticos, sociales y culturales garantizados; que logremos un desarrollo integral propio que haga sostenible el ejercicio de esos derechos; que se nos respete en el mundo como una nación soberana con una digna historia de lucha por la independencia y la paz.

Nosotros somos un pueblo agradecido, no olvidaremos nunca que en el momento más peligroso de la agresión del gobierno de Donald Trump, contamos con la asesoría y la asistencia técnico militar de Rusia, apoyo que disuadió a los ejércitos vecinos de participar en la aventura militar que pretendían Trump y sus gobiernos títeres en América del Sur. Igualmente, la posición firme de la diplomacia rusa, especialmente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, puso fin a los intentos de validar la agresión ilegal y unilateral del gobierno de Estados Unidos y sus aliados.

Durante la etapa más aciaga y compleja de la pandemia, llegaron insumos médicos, tratamientos y vacunas desde Moscú en un puente aéreo humanitario, justo cuando los gobiernos de Europa y Estados Unidos arreciaban las sanciones. Que no le quepa duda al pueblo ruso y a su gobierno, que nosotros sabemos dónde están los auténticos amigos de Venezuela y que siempre sabremos honrar esos gestos de sincera amistad. No nos llamamos a engaño, sabemos que la élite estadounidense no tiene amigos, sino intereses. El Presidente Maduro los conoce bien.  

Venezuela es un país esencial en el engranaje del funcionamiento del capitalismo occidental; nuestro pueblo, sin negar que somos un crisol de razas como decía nuestro Libertador Simón Bolívar, asume mayoritariamente la identidad cultural de occidente; nuestra Nación no es enemiga de la nación norteamericana ni de ningún pueblo del mundo.

El Comandante Chávez fue un decidido cooperante de la paz internacional, siempre priorizando por los intereses de nuestro pueblo.  Las decisiones que ha tomado el Presidente Nicolás Maduro, en función de un dialogo directo con el gobierno de Biden, responden al interés de la Nación venezolana y cuentan con nuestro respaldo. El buen vivir de nuestro pueblo está primero. ¡La Patria está primero!